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LA FUENTE

Virginal fuente,

con sabio corazón,

le habla a mi alma.

 

En sus claras aguas

de mis propias palabras

puedo ver el sentido.

 

Al principio de los tiempos

me devuelve. Frío es su lecho,

su voz está preñada de significado.

Tiene alma  de mujer;

a los guijarros presta

su sabor dulce.

 

Borra de mi boca el desvarío.

Me acerca al país

de los sueños.

 

Delicadamente, acaricia mi piel.

Dónde aprendió su eterna canción,

es un hondo misterio.

EN EL JARDÍN

Tibio sol,

ciruelas maduras.

Se abren las rosas

al calor de las nubes.

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